miércoles, 17 de julio de 2013

Fantasmas en la niebla

Durante toda la semana pasada la costa asturiana quedó sumergida en una densa niebla. Los transeúntes parecían fantasmas que surgían de la nada con la misma rapidez con la que volvían a desaparecer. 





lunes, 15 de julio de 2013

Elcano

Como ya sabréis, hace unos días, el buque escuela "J.S. Elcano" entró por primero vez en su historia en el puerto de Avilés. Después de 3 horas de cola bajo un sol de justicia, a las 9 de la noche, por fin, conseguimos entrar a ver el barco. Que decir, el barco es precioso, la pena es que sólo dejaran andar por cubierta y no enseñaran los camarotes y el puente de mando.

Pero antes de las fotos, un poco de historia. Ante todo, "Elcano" es un bergantin-goleta de cuatro palos, que sirve como buque escuela de Guardias Marinas. Como curiosidad decir que el palo mayor popel se llama Asturias. El barco fue botado en Cádiz el 5 de marzo de 1927 y costó 8.189.532 de las antiguas pesetas. Toma su nombre del insigne marinero Juan Sebastián de Elcano, conocido por ser el primero en dar la vuelta al mundo. En 1519, J.S. Elcano, se enroló en una expedición de 5 buques al mando de Magallanes que tenia por objetivo encontrar una nueva ruta hacia las islas de las especias. Pero cuando volvieron a España después de 3 años ya sólo quedaba una nave, de nombre Victoria, comandada por J.S. Elcano. Habían sido los primeros y los únicos supervivientes de una expedición, que en su afán por encontrar una nueva ruta comercial, había dado la vuelta al mundo. En reconocimiento, el rey Carlos I concedió a Elcano un escudo de armas que contenía un globo terráqueo con el lema Primus circumdedisti me (El primero que me rodeaste).

















Ahora queda a esperar al 19 de julio para que el siguiente buque escuela haga su entrada en Avilés. en este caso se tratará del "Creoula", que también hará jornadas de plancha tendida, o lo que es lo mismo de puertas abiertas.

domingo, 14 de julio de 2013

Los nuevos vecinos

En mayo llegaron al edificio los nuevos vecinos, los veía ir y venir con cosas para la casa, pero me costó un tiempo averiguar dónde se habían instalado; al final lo conseguí, el nido estaba en el patio, en un tercero y sólo era visible desde una ventana de la escalera, lo que hacía imposible cualquier intento de fotografiar a los polluelos. De hecho ésta es la única foto del nido que hice, debían de estar calentitos encima de las tuberías del gas.



Los padres ya eran otro cantar, se posaban en los alfeizares de las ventanas con total confianza amenizando las tardes de verano con sus frenéticas idas y venidas trayendo comida para alimentar a los recién nacidos pollos. He aquí unas fotos de los padrazos.




Mi único miedo era que se los zampara el gato del patio antes de que fueran expertos voladores. Pero los pollos crecieron, aprendieron a volar, sobrevivieron al gato y desaparecieron por el tejado para no volver. Ahora el patio se queda vacío... hasta el año que viene.