lunes, 24 de marzo de 2014

Cramond island, Highland and hairy coo

Pero lo que de verdad me enamoró no fue Edimburgo si no Cramond: kilometros de playa, marismas llenas de aves y una isla a la que sólo se puede acceder cuando baja la marea. 

Atardecer en Cramond

Cramond, es un pueblo precioso de casitas inglesas situado a las afueras de Edimburgo. El único bar del pueblo es muy acogedor, con su chimenea encendida y sus mesitas de madera. Tiene cervezas de todo tipo, sobre todo algunas artesanales de la zona que no son tan fáciles de encontrar en otros pubs. Y la comida no llegué a probarla pero tenía muy buena pinta y las raciones eran abundantes. Lo que sí puedo asegurar que estaba muy bueno era la aplee pie, un postre típico parecido a una empanada rellena de manzana.

En cuanto a su historia, en la isla se ha encontrado un enterramiento que data de A.C, además durante el Imperio romano en Cramond hubo un fuerte romano, y allí se ha encontrado una escultura en la que se ve a una leona devorando a un hombre, a la que han llamado leona de Cramond. En épocas más recientes la isla ha servido de granja de ganado ovino hasta 1930, y con la llegada de la II Guerra Mundial la isla fue fortificada para impedir la entrada de los barcos enemigos, todavia quedan en pie algunos nidos de ametralladora, pero quizás lo más sobresaliente sean los pilares construidos para impedir el paso de los barcos con la marea alta que nos acompañan a lo largo de toda la pasarela de acceso a la isla.

Isla de Cramond al fondo y la pasarela que lleva hasta ella
Éste no parecia tener frio

La isla está situada dentro del estuario del río Almond y es una isla mareal, ya que como he dicho antes se puede acceder a ella en marea baja. Por eso hay que tener muy en cuenta los horarios de las mareas porque si no os podeís pasar 6 horas atrapados en la isla hasta que vuelva a bajar (jiji). Aún así para los despistados que no os hayais acordado de mirar las mareas en la bajada a la playa hay un cartel con la tabla de mareas.

Vistas desde la isla con Forth Bridge al fondo

Y como no podia ser de otra manera, no podia marchar de allí sin haber metido mis pies en el Mar del Norte :D

Y la espinita que se me quedo clavada fueron las Tierras Altas o Highlands, el día que hicimos el tour estaba metido en niebla y orbayu así que la mayoria de los paísajes los vi desde el autobús. Me quede con ganas de hacer más fotos y de ver más lugares. La única foto decente que tengo es del lago Katrine, un lugar muy turístico para los escoceses.

Loch Katrine

A lo que sí pude sacarle fotos con más detenimiento fue a estas graciosas y peludas vacas escocesas.

Cooooo!!


Edimburgo es una ciudad preciosa y con mucho encanto, pero para mi lo más espectacular son los paísajes (quizás porque la cabra siempre tira al monte) . Por tanto, lo que recomiendo es pasarse 3 días conociendo Edimburgo y luego alquilar un coche/furgoneta/caravana para pasarse 4 o 5 días descubriendo las Highlands, subir hasta la isla de Skye y volver a bajar pasando por Glasgow para terminar otra vez en Edimburgo; que es lo que pienso hacer cuando vuelva a ahorrar un poco de dinero.



sábado, 22 de marzo de 2014

Edinburgh

Visitar Edimburgo es como viajar al pasado. Parece que por sus edificios y por sus calles no ha pasado el tiempo. No es de extrañar que una ciudad así fuera cuna de grandes escritores y de personajes literarios que han quedado grabados en la mitología popular como Frankestein o Dr. Jekyll & Mr. Hyde. E incluso, Arthur Conan Doyle se inspiró en uno de sus profesores de la Facultad de medicina de Edimburgo para crear al detective con la mente más prodigiosa: Sherlock Holmes. O acercandonos a la literatura más reciente, JK Rowling tuvo una fuente de inspiración muy poderosa en el céntrico cementerio de Greyfriars y en el colegio contiguo al cementerio: George Heriot's school; para dar vida al personaje que la lanzaría a la fama: Harry Potter. Me imagino a Rowling paseando una noche brumosa de luna llena por el cementerio de Greyfriars y asomandose a la verja que da acceso al edificio de estilo gótico de Heriot's school, ver ese edificio de formas siniestras emergiendo de la neblina en medio de la noche es un buen comienzo para una gran historia. Edimburgo, inspira, no es para menos: sus callejones, sus patios escondidos, los pequeños cementerios esparcidos por toda la ciudad, sus casas medievales... bien le viene el sobrenombre de la Atenas del norte que se le dio debido al movimiento intelectual que tuvo lugar en el s.XVIII conocido como la Ilustración escocesa. 



Atardecer desde Calton Hill
Atardecer desde Calton Hill con la silueta del observatorio y la ciudad abajo

Es una ciudad con encanto, que enamora, la recomiendo para todos aquellos que esten pensando en viajar, e incluso, para emigrar es un destino bastante confortable (sobretodo para los que estamos acostrumbrados al frio y la lluvia). Además no vais a tener ningún problema con el idioma, aunque no tengais ni idea de inglés. Que por qué ¡Pues porque todos con los que os vais a encontrar van a ser españoles! Españoles estudiando, españoles trabajando, españoles de vacaciones... Al segundo día os abreís aburrido de los españoles y os preguntareís si los escoceses existen de verdad. Volviendo a la ciudad, es una ciudad pequeña que se puede ver perfectamente en 3 días, imprescindible ver el castillo (aunque sólo sea por fuera, la entrada son 16L y sólo la recomiendo para quellos que les gusten los castillos y la historia militar ya que dentro está ubicado el museo de la guerra). Para mi es uno de los castillos más guapos que he visto y está muy bien conservado. Está erigido sobre una montaña de origen volcánico y mirar desde los pies de la montaña hacia arriba, hacia el castillo, impresiona. Es visible desde toda la ciudad, y de noche, qué decir del castillo iluminado... lo dejo a la opinión de cada uno.






Imprescindible también subir a Calton Hill desde donde hay unas vistas de la ciudad preciosas, el lugar ideal para ver un bonito atardecer. Lo siguiente, darse una vuelta por el centro: Royal Mile, Victoria Street y Princess Street. Tanto en Princess Street Gardens como en el resto de parques de la ciudad todos los bancos tienen dueño, para quienes no lo sepaís en Edimburgo (y creo que en otras ciudades de Escocia también) tienen la costumbre de grabar una placa con una dedicatoria en recuerdo de sus seres queridos, por la colocación y mantenimiento del banco y de la placa pagan un canón al ayuntamiento.





Si el tiempo acompaña es obligatorio subir Arthur's seat, otra montaña de origen volcánico. Las vistas desde el pico son impresionantes. Y después se puede descansar o pasear un rato por Holyrood Park, tanto Arthur's seat como el palacio de Holyrood están dentro del propio parque.


Vistas desde Arthur's seat
El vigilante de la ciudad

El cuervo es el ave emblemática de la ciudad. Son muy confiados, la gente les da de comer y ellos se acercan a pedir comida. Me he dado cuenta de en general que las aves son mucho más confiadas.

Edimburgo es un poco como el personaje de Dr.Jekyll y Mr. Hyde, por la noche saca su lado oscuro y se trnasforma. Desde las 6 de la tarde hasta las 12 de la noche todos los pubs están abiertos para degustar unas buenas pintas. ¡Bienvenidos amantes de la cerveza y el whisky a vuestro paraíso! Como pueblo con influencia celta que son, también tienen su huequecito para la sidra, para mi gusto, acostumbrada a la sidra asturiana, es más dulzona y el sabor se acerca más a zumo de manzana, a mi no me termina de convencer. También se encuentra con facilidad sidra de frutos rojos y sidra de pera, aunque de las marcas que he visto de éstas ninguna es escocesa, son de importación sueca, pero como he dicho tienen bastante popularidad. La de frutos rojos es dulzona pero está muy buena. Para empezar bien la noche se puede salir o por Grassmarket o por Rose street a tomarse unas pintas para terminar la noche en las discotecas de la zona de Grassmarket que cierran a las 3 de la mañana.


Grassmarket
Edimburgo de noche

Volviendo a la vida diurna, es muy interesante hacerles una visita al National Museum of Scotland y al Royal Botanic Garden of Edinburgh.

La visita a Cramond Island y a las Highlands la dejaré para mañana que está entrada ya se está haciendo demasiado larga.